Este año (2010) estuve dudando entre ir de Lobezno o Motorista Fantasma. Al final me corté el pelo, lo que dejaba fuera al patilludo Wolverine.
Para el disfraz de Motorista Fantasma aproveché la indumentaria de Terminator. ¡Una chupa de cuero da para muchos usos!
La cabeza. Durante semanas le di vueltas a las opciones para ir de calavera:
Aunque encontré en Internet una máscara y unas prótesis fabulosas, no las vendían en España, o eran carísimas.
Y además, se disfruta más haciéndolo uno mismo
Las cosas que tengo:
Lo que tengo que comprar:
Ante todo, veamos qué pistas nos da Internet:
Primero hay que vestirse. Si no, te llevarás todo el maquillaje en el jersey. Me puse un jersey de cuello vuelto -para ahorrarme el maquillaje del cuello- y encima una camisa también negra. Tanta ropa es bueno si vas por la calle, pero malo en interiores.
Ahora, la preparación para el maquillaje. Me corté el pelo hace dos días, pero aún así, lo peiné para atrás y puse fijador en cantidades masivas.
Con eso ya te puedes poner la calva. Ojo, ¡que sea de las que cubren las orejas! (¿quien ha visto un cráneo orejón?). Suelen ajustares solas, pero si tu cabeza no es una esfera perfecta, puedes pegar los bordes con latex líquido o Mastix (es mi caso).
Es el momento de mirarse al espejo y reirse de uno mismo. Dentro de poco me convertiré en un ser horrible, pero ahora mismo parezco un pedazo de… bueno, mejor lo dejo a tu imaginación.
Las cejas hay que peinarlas, a favor del pelo, con un jabón para que pierdan relieve y se puedan cubrir bien. Aprovecha para proteger la ropa con unos pañuelos o servilletas de papel.
Y por fin, ¡a pintar!
¡Y no olvides la barba y el cuello!
Además de la camisa, llevo un pantalón negro (no tengo de cuero, que es lo suyo).
Encontré unas muñequeras de pinchos y una gargantilla a juego. Esta última la corté por la mitad, y con cinta de doble cara (para moquetas) la pegué en los hombros de la cazadora (que no sufrió nada).
El toque final es la cadena cruzada (normal y corriente, de las que pesan tela marinera), así los pinchos de los hombros no se caerán.